lunes, 19 de enero de 2009

Vacas.

¿Te has fijado Leech que han llenado Madrid de vacas? Qué certeros oye, qué mensaje tan directo, rebaños a pastar, coman mansamente lo que les vayan ofreciendo y luego, cuando sientan que les viene un vómito amargo, rumien, devuelvan la amargura a sus estómagos, que fuera nos molesta.

Completan la obra decorando con mil colores al vacuno ganado para hacer de la condición de vaca mansa algo atractivo y moderno, digno de admiración.
"-¡Qué preciosos son los vestidos nuevos del Emperador! ¡Qué magnífica cola! ¡Qué hermoso es todo!"

Leech.

1 comentario:

Luis Quiñones Cervantes dijo...

Qué acertado, como siempre. Mansos pero hermosos, a la moda, modernos y originales. Bonita forma de expresar la esencia de ese hombre urbano y contemporáneo que se colorea, pero que no puede ocultar su mansedumbre insensata. Y no tienen cencerro, porque además de mansos somos silencios. No sé si we can or not we can, pero we are cows.