jueves, 7 de febrero de 2008

Míos enemigos malos.

Querido y estimado Grice:
Permíteme que por una vez este espacio de palabras que vamos construyendo me sirva de terapia y desahogo.
Lo cierto es que uno cree que está haciendo lo que debe, sin causar daño ni perjuicios a nadie, pero de pronto se ve asaltado por la infamia de los mestureros que a sus espaldas, inesperadamente, tramaban la infamia, la calumnia.
Es terrible verse asaltado por tan venenosas criaturas sin haberlo merecido o provocado. Uno se levanta, se asea, hace el recorrido para ir al trabajo con ilusión y energía y se encuentra que las hienas lo están esperando para morderlo y hacer de su sangre un tranpolín hacia la tribuna de los poderosos. Entonces todo: ilusión, energías, propósitos, se derrumba, se viene abajo, sobre todo porque no te lo esperabas, nada habías hecho, no estabas en guardia, presta la espada para el combate. Crees estar en paz con el mundo pero el mundo te mira con recelo, eres el elegido para el sacrificio mañanero. Tú, que huyes del poder, de las alturas, que crees que el mundo se construye trabajando la tierra humildemente.
Y así, amigo Grice, toda esta panda de alimañas nos van quitando la ilusión y con su labor de desgaste empobrecen el mundo. Mañana amanecerá otra vez y es posible que de nuevo me despierte con ganas de hacer las cosas todo lo bien que pueda, hasta donde alcancen mis habilidades y pericia. Pero hoy me han derrotado, Grice, hoy me han derrotado. Gracias a la suerte, hay gente que me rodea (ya te lo conté al principio) que alegra mi existencia, la hace mejor y más plena, y hoy han sacado sus armas para defender mi honor mancillado por estos trepas (al fin la palabra: trepas) y relucían con el primer sol de la mañana. Era un espectáculo hermoso, te hubiera encantado.

1 comentario:

Luis Quiñones Cervantes dijo...

Hola, amigo(s). Entro en tu blog con la incertidumbre de saber un poco quien(es) han dejado su huella por el mío. Me alegro mucho de haber tropezado contigo (o que lo hayas hecho tú conmigo). Y después leer tu post de hoy, recapitaluando este día tan largo, me he dado cuenta de que a mi alrededor también le ha ocurrido a alguien esta mañana lo que a ti. Otras veces me ocurre a mí mismo, Y bueno... siempre nos quedará este pequeño margen para comprendernos entre nosotros y a nosotros mismos. Y para expresarnos con la libertad que deseamos también para los otros.

Salud, feliz encuentro. Y gracias por tu post, reconfortante charla con uno mismo. Un fuerte abrazo y hasta otra.