sábado, 8 de diciembre de 2007

Prolepsis.

Qué triste pensar que tras tantos años de compañía, de vida compartida, aquella y aquellos que te acompañaron y te completaron puedan desaparecer dejando solo sus huellas, que implacablemente el tiempo irá menguando hasta borrarlas del todo. Qué triste que puedan irse, dejándote tan solo y entristecido que ya no quieras ni seguir viviendo. ¿Te has dado cuenta, querido Grice, cuántos ancianos y ancianas pasean solos por las calles, sin nadie que pueda ya acompañarlos en su lenta despedida de este mundo?
¿Caminaremos solos algún día, en un largo y sentido adiós, acompañados tan sólo de las sombras y de los recuerdos de los que tú has llamado nuestros compañeros de viaje? ¿Seremos los últimos en irnos, sin hacer ruido, envueltos en la bruma, en un último atardecer de domingo, mientras otros nos van sustituyendo, ocupando nuestro lugar?

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