tag:blogger.com,1999:blog-14880827958806740792024-02-08T01:41:44.206+01:00Tranquilamente hablando.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.comBlogger58125tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-81123201419945031222012-11-09T20:46:00.003+01:002012-11-09T20:47:49.939+01:00Juventud y vida.<br />
<span class="Apple-style-span" style="font-size: 11px;">Querido Leech:</span><span class="Apple-style-span" style="color: #4b5d67; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 11px;"></span><br />
<div style="font-size: 11px; line-height: inherit; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
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Hace una semana murieron cuatro chicas jóvenes en una macrofiesta en el ya malhadado Madrid Arena. La muerte de estas pobres niñas rubrica una historia truculenta de avaricia, negligencia y maldad. Avaricia por extraer hasta el último céntimo de los bolsillos de una juventud conducida por un conglomerado de fuerzas y abstenciones hacia un modo de vida de rebaño atontado, que cifra toda su alegría y disfrute en seguir los pasos marcados por estos tiranos del dinero: las autoridades, los empresarios del ocio y los publicistas y mercaderos que se llenan los bolsillos: un Dj que cobra miles de euros por poner discos, unos empresarios de la noche multimillonarios que además deben un dineral a la hacienda pública y cometen cuantas infracciones de la ley se les antoja, unas autoridades que se lo permiten y que se aprovechan también del negocio cobrando alquileres astronómicos por espacios diseñados en su día para otras actividades.</div>
<div style="font-size: 11px; line-height: inherit; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
Qué sencillo resulta ahora culpar a los locos chavales que ya no saben comportarse “como antes”, que adoran hábitos atroces como lo es, de hecho, esa de apiñarse en aparcamientos, plazas y salas de fiesta, acompañados de toneladas de alcohol y decibelios, algo insufrible, si se piensa con cautela. Qué sencillo lo que he oído por las calles: “estos jóvenes, tan despreocupados”. Pero pienso, casi sin ganas de escribir, en los verdaderos culpables de toda esta amarga historia que afortunadamente no ha terminado en catástrofe de dimensiones inasumibles (pudo ser así). No han nacido sabiendo, es responsabilidad de la sociedad que supuestamente les acoge y les ampara, educarles. Era tarea de los adultos ponerles a salvo de esta salvaje jauría de carroñeros que poco a poco, todos en connivencia, han ido construyendo un sistema que les atontara, que a través de millones de estímulos, dispersados por doquier, y de mensajes sibliminares, que gritan en sus aún débiles y maleables conciencias sus cantos de sirenas, les arrastran desde bien pronto a comportamientos de masa sumisa y gastadora, anulada toda capacidad crítica. Les dicen lo que es preceptivo para estar en la vanguardia, en la moda, les visten y les dirigen hacia un estilo de vida que se cifra en la frustración cotidiana para la explosión liberadora del fin de semana, les llevan y les conducen de la mano de relaciones públicas y redes sociales hasta la fiesta del año, el local de moda, y una vez allí, en posesión de sus euros, se desentienden de su seguridad y les dejan en manos del hado y de las trampas de la ratonera.<br />
Y son las autoridades las primeras en contribuir a semejante drama. Perdonan los delitos de estos mafiosos del ocio, les ceden los espacios, los cuatro policías, las dos ambulancias del Samur (bonita declaración de intenciones) y les venden, les ponen en sus manos.</div>
<div style="font-size: 11px; line-height: inherit; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
Aterrorizados ante la tesitura de lanzar mensajes impopulares, de ser tachados de anticuados, la sociedad de adultos calla y cada vez tolera más y ríe la gracia de lo que no la tiene. Millones de jóvenes hacen botellón por todas las calles de España, y ya es asumido el hecho como común e inevitable, gracia que se ríe. Y casi nadie se atreve a clamar contra la evidencia de que una juventud que pasa el tiempo en los bancos y en los parques bebiendo alcohol, es una juventud domada, manipulable, sumisa, sin nada que decir ni proponerle al porvenir. Es una generación borrada, que no tiende puentes ni tiene vínculos, que no protesta ni reclama, que no exige ni es crítica con sus mayores. Imagino a veces que el Campus de la Complutense, que se convierte los viernes y los sábados en vertedero de basuras y botellas rotas, restos de la macrofiesta cotidiana, fuese, en cambio, el nuevo ágora, un espacio lleno de universitarios que discuten, hablan, intercambian ideas, aprenden unos de otros y hacen cosas para reivindicar un mundo más justo y solidario, para discutirle al poder su visión totalitaria de la realidad. Así debería ser, pero imagino también la premura con la que todos, rectores y decanos incluidos, lucharían por detener semejante subversión. La misma premura que ahora no tienen para ponerles a esos universitarios delante un espejo y recordarles cuál era el fin y el sentido de esas viejas instituciones, las universidades. O para ponerse ellos el espejo también y recordarse a ellos mismos el fin y el sentido de esas viejas instituciones a las que han vendido miserablemente.<br />
Vestidos con las mejores marcas, poseedores de los artefactos tecnológicos más modernos, ven los jóvenes pasar el don maravillosos de la vida sin exprimirlo a cada instante, en cada momento, sin pensar en el supremo esfuerzo que supone mantener encendida la llama que a todos nos alumbra.<br />
Pero requiere guías esta tarea de mostrar el camino, modelos, voces que adviertan, que amparen, que entiendan; oídos que escuchen y comprendan, que presten atención; requiere valor y tacto de los adultos, esfuerzos para impedir que lo peor de las alimañas de esta tierra, los usureros que solo quieren oro a espuertas sin importarles las consecuencias, convenzan con sus cantos de ocio a nuestros jóvenes de que la alegría se cifra en pequeños momentos de explosión nada más. La alegría está en los amigos, en la naturaleza, en poder disfrutar del arte, en el estudio de lo que a uno le apasione, en ir aprendiendo cada día de aquellos a los que uno admira, en el cine, los paseos, los amores, los llantos, los juegos, las vacaciones en el mar y los fríos inviernos en casa, en los padres, los hermanos y su amor y cariño, en los animales que nos acompañan, en las tardes de sol y también en las de lluvia, en aspirar el mundo en cada bocanada de aire y sentir cómo nos penetra y nos traspasa el milagro de la vida.<br />
Ya no podrán hacerlo estas pobres niñas en las que pienso, aunque no las conociera, estos días. Se me encoge el corazón imaginando su sufrimiento esa fatídica noche y el de sus familiares y amigos ahora. Nunca debieron estar metidas en ese agujero al que las fueron llevando.</div>
<div style="font-size: 11px; line-height: inherit; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
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<div style="font-size: 11px; line-height: inherit; margin-bottom: 18px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
Grice.</div>
Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-40740008036836936202012-03-22T20:53:00.002+01:002012-03-22T21:30:05.601+01:00Excusatio non petita...Querido Leech:<br />No se me ocurren mejores palabras para expresar lo que me está ocurriendo los últimos días con amigos, familiares y compañeros de trabajo. Rompen el hilo de las conversaciones habituales para exponer, sin venir a cuento y sin que nadie les haya preguntado ni pedido explicaciones, los motivos por los que no van a secundar la huelga general del próximo día 29. Sus excusas son variadas: "A mí la reforma laboral no me afecta" (se llaman necios); "No me siento representado por los sindicatos" (¿y por tu conciencia, y por tu pensamiento e ideas?); "Es una fecha muy mala, al día siguiente empiezan las vacaciones escolares" (¿solo existís los profesores en España?); "Económicamente no puedo permitírmelo" (mientras se toman un vino por el que les pedirán tres euros); "Estoy cansado de tanta movilización, necesito un respiro" (pobres luchadores extenuados); "En mi empresa nos lo han prohibido" (¿te creerás también los motivos de tu inminente despido?); "Hay que darle tiempo a la reforma a ver si tiene efectos positivos." (¿a qué estás dispuesto a llamar "efectos positivos"?). Todas confluyen, sin excepción, en la más absoluta idiotez y en el más lamentable de los egoísmos. Especialmente molestas han sido las excusas de quienes no hace mucho se han vestido su camiseta verde, han manifestado su orgullo y entusiasmo por haber contribuido con su esfuerzo y con su lucha a crear una "marea verde" que cambiaría la historia de Madrid y de España, han hinchado globos verdes, encendido velas verdes, firmado y corregido con bolígrafo verde, formado parte de filas indias, aulas lúdico festivas en las calles, bailado la conga en verde... Y ahora se parapetan en mil motivos para asistir a clase el día 29, repartir las notas, tomarse un canapé y cobrar la soldada del día, mientras imaginan nuevas acciones imaginativas que sigan contribuyendo a cambiar el mundo.<br />Pero lo que más sorprendido me tiene, querido Leech, es que en ningún momento les he pedido explicaciones a quienes me las han ido dando de manera tan detallada y pormenorizada. Me han ido soltando sus argumentos como el que recita un tema que se acaba de memorizar. Mi postura ha sido escucharles en silencio, sonreír levemente, y pensar en qué conflictos no tendrán sus pobres conciencias para verse obligados a dar tanta excusa no pedida, tanto argumento no solicitado. Y que seguirmeos vivos para ir viendo cómo todo sigue su desplome y sus excusas se convierten en proclamas.<br /><br />Grice.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-47480243648389658812011-12-02T21:21:00.001+01:002011-12-02T21:23:26.144+01:001 de noviembre de 2011Querido Grice:<br />Hoy ha sido el día de todos los santos y he ido a ver la tumba de mi hermano, ser sufriente y desvalido que vino al mundo para apenas estar sobre él tres años. Nació muy enfermo, lleno de dolor y llanto y murió un 6 de enero de 1988 en el que por mi casa no pasaron los Reyes Magos. He ido a visitar su tumba en el cementerio de Tiedra, un pequeño pueblo de Castilla en el que nació y se crió mi madre, una mujer que se comió el dolor a dentelladas para que mi hermana y yo, los que quedábamos vivos, no creciésemos en un mundo de luto y de tristeza y sí en uno de gozo y de alegría. Y ha sido con ella, al regreso del camino del cementerio, con quien he ido recordando una maravillosa historia de las que convierten el mundo en un territorio de magia y misterio. El caso es que mi pobre hermano, Raúl fue su nombre, se pasaba las mañanas enteras sentado sobre una silla de bebé encima de la encimera de la cocina, mientras mi madre se dedicaba a las labores de la casa. Allí estaba el niño, llorando con frecuencia por el extremo dolor que siempre le martirizaba y nunca le daba una tregua o un descanso. Para ver si al menos una apequeña distracción lograba consolarlo un poco, le compraron mis padres un pequeño y hermoso pajarito, un periquito con plumaje verde y reflejos azules. El pájaro desde el primer día fue generoso con sus cantos y gorjeos, que parecían gustar a mi pobre hermano, que al escuchar los cantos nos miraba alegre y se sonreía.<br />Y fue el caso que un día, al ir a limpiar su jaula, el pájaro se escapó y echó a volar por la cocina. La ventana que daba a la calle estaba abierta, pero, sorprendentemente, el animal no buscó esa abertura hacia la libertad, sino que se fue a posar mansamente sobre el borde de la silla de bebé en la que mi hermano se sentaba. Se quedó allí, frente al niño, que lo miraba fijamente, como atónito y perplejo por ver al animalillo fuera de su jaula. Mi madre decidió dejar así, suelto, al pájaro, a ver cómo reaccionaba. Y le puso su alimento en un papel sobre un extremo de la encimera. Fue pasando la mañana y el pájaro no huía, al contrario, iba tomando gusto y confianza a su nuevo espacio y se desplazaba por toda la cocina en vuelos cortos y enérgicos que hacían las delicias de mi hermano, quien lo seguía siempre atento con la mirada.<br />Fueron pasando los días y el pájaro entraba y salía con total y entera libertad en la jaula, se desplazaba piando por toda la casa, desde el salón, en un extremo de la casa, hasta la cocina, en el otro extremo, para acabar siempre, invariablemente, posándose junto al bebé, que siempre recibía al animalillo con una enorme sonrisa.<br />Una fría mañana de enero mis padres salieron de casa con mi hermano muy enfermo y debilitado. Ya nunca más regresó, al fin pudo descansar de sus dolores en un sueño eterno y definitivo. Cuando mi madre empezó, el mismo amanecer del día siguiente a ese extraño día de reyes, a comerse la pena y el llanto a dentelladas, contemplamos cómo el periquito iniciaba su enésimo vuelo por la cocina, pero esta vez buscando la ventana abierta, por la que salió para no regresar jamás. En la inocencia del niño que mira al mundo aún sin saber muchas cosas, ya pude sentir ese día un aguijón repentino en mi pecho. Mi hermano, nos decían, se había ido al cielo. Y a ese mismo cielo pensé que se encaminó el pequeño pajarillo, en busca de Raúl, para posarse una vez más en su regazo y hacerle reír con sus dulces cantos. Desde entonces siempre he sentido una gratitud inmensa hacia aquel animalillo que vino a mi casa a darle a mi hermano los únicos instantes de felicidad que sintió en su vida.<br />De nuevo he ido, ya en soledad, a ver la tumba por la tarde. Es importante recordar, pensar en los que se han ido, preservarles del olvido. Yo era muy pequeño cuando él murió, apenas tenía siete años, y es curiosamente ahora cuando más añoro a Raúl, el hermano pequeño con quien no he podido caminar de la mano por la vida. Añoro su compañía y su voz y sus ojos para reconocerme. Y cada día es más vasta su ausencia, semilla que quedó dentro del niño que fui y que fue creciendo, germinando, brotando en el centro de mi ser, para ser ya hoy dolor presente.<br />Pensé también en Fabiola, la última ausente en mi vida. La recordé en clase, mirándome, escuchándome, enseñándome a celebrar la vida. A eso me fui después, de regreso del cementerio, a celebrar la vida: los colores del otoño en los álamos y en los chopos; las primeras aguas de los manantiales después del seco verano; la neblina cubriendo los campos mientras atardece; y los pájaros cantando, buscando el cielo, dándome compañía.<br /><br />Leech.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-3405478161060402942011-09-21T02:10:00.001+02:002011-09-21T02:13:45.250+02:00Dignidad.<p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;">Tras el furibundo ataque a la escuela pública realizado por el gobierno de la Comunidad de Madrid, querido Leech, varias reflexiones acuden a mi mente. No es la primera el desprecio que siento por personajes tan mentirosos y grotescos como Esperanza Aguirre y su pequeña delfín sin escrúpulos, la consejera de educación, llamada, se ha de saber, Lucía Figar. Grotescas, como salidas de un sainete, se dedican a sembrar de falsedad el ambiente, mintiendo, descalificando, hablando de lo que desconocen de manera incontinente y descontrolada. Decididas como están a romper y quebrar ese hermoso camino de igualdad social que ha sido la educación pública, no escatiman en mentiras ni en desgaste de su imagen, a la que entierran en fango sin preocupación ni pudor, deben ser cosas habituales en quien no conoce el honor, la dignidad, ni la decencia. El puente que lleva desde mi padre, camionero sin estudios, a mí, profesor de lengua y literatura con una licenciatura universitaria, debe ser degradado y destruido para que todo vuelva a su sitio en forma de dogma: solo las élites adineradas en los escalones más altos de la pirámide social. Pero no quiero hablar de estas dos arpías, a las que desprecio y cuyo desastrado final sueño y deseo en un día soleado y hermoso. Mi confianza en la vida me dice que cada cual encontrará al final el lugar que los días le tengan reservado. Y será el lugar de estas la sombra y la vergüenza.</span></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"></span></o:p></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;">Ahora, en este momento de la verdad, no queda más opción que la inteligencia, el valor <span style="mso-spacerun: yes"></span>y el sacrificio. Estas virtudes han mostrado esos cientos de padres que han llenado nuestros institutos, convocados por nosotros, profesores preocupados por tener las condiciones óptimas, tanto físicas como psíquicas, para poder realizar nuestro trabajo. Esos padres, preocupados por sus hijos, nos han mostrado una comprensión y una dignidad que emocionan y muestran que los caminos de la dignidad aún están claramente visibles y señalizados entre la niebla de la salvaje y deshumanizadora burocracia de políticos corruptos e ignorantes, esos mismos que está tratando a profesores y a alumnos como a números de registro intercambiables y sin ningún valor: qué más da que el profesor de lengua imparta clases de filosofía o de francés; que más da que lo haga en clases de quince alumnos o en clases de treinta; y qué más da que de esos treinta, tres no conozcan el idioma español, sean ciegos o sordos o vivan en unas condiciones sociales penosas, marginados, excluidos o maltratados. Olvidaron estas burócratas que detrás de un profesor o de un alumno hay un hombre o una mujer con una maleta de conocimientos, experiencias y sentimientos muy diversos. Que los seres humanos no son predecibles, como vulgares máquinas, y tienen dudas, certezas, deseos, temores y necesidades. Por eso es tan compleja nuestra labor y necesita de un tiempo lento y espaciado, no admite la prisa ni la urgencia, y por eso reclama también cariño, ayuda y comprensión. Lejos de ofrecernos eso, nuestras políticas nos están insultando y <span style="mso-spacerun: yes"></span>agrediendo cada día con una furia y una agresividad que no podemos comprender. Nos han llamado vagos, ignorantes, conspiradores, privilegiados, parásitos… Y han comenzado un camino de agresión sin retorno que termina con la destrucción de todos los servicios públicos y del sueño que algún día pretendíamos, enfermos de ilusión, alcanzar: la igualdad de todos los seres humanos sobre la tierra.</span></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"></span></o:p></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;">Ahora, en este momento de la verdad, hemos de comenzar los profesores, alumnos y padres –somos todos- una batalla que no es sino el inicio de una larga lucha, dura y prolongada, por resistir y conservar como un tesoro nuestros derechos y nuestra dignidad, para convertirlos en el futuro en el trampolín que nos impulse a un mundo más justo y equitativo. Las circunstancias nos llaman a la resistencia. Los que se queden de brazos cruzados, engordando los estómagos insaciables del poder, carguen con su penitencia en las noches de insomnio, que les llegarán, como a todos nos están llegando. El resto, Leech, fuerza, coraje y arrojo. “El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria.” Lo dice Ernesto Sábato al final de su obra “La resistencia”. No olvidemos nunca la lección de los que sí han sabido transitar los difíciles caminos de la dignidad.</span></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"></span></o:p></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;">A Luis, profesor y hombre excepcional, que siempre me ha recordado cuáles eran esos difíciles, si bien hermosos, caminos.</span></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;"></span></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;"></span></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"></span></o:p></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family:Times New Roman;"></span></o:p></p>Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-58559456448013996062011-08-22T00:17:00.002+02:002011-08-22T00:38:26.018+02:00Indignos.<object id="flashObj" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=9,0,47,0" width="480" height="270"><param name="movie" value="http://c.brightcove.com/services/viewer/federated_f9?isVid=1&isUI=1"><param name="bgcolor" value="#FFFFFF"><param name="flashVars" value="videoId=1117517361001&playerID=908282487001&playerKey=AQ~~,AAAA0vMJrfE~,Eoj_5KPzU9KKxuL_POpy-JuUjgloM5Hx&domain=embed&dynamicStreaming=true"><param name="base" value="http://admin.brightcove.com"><param name="seamlesstabbing" value="false"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="swLiveConnect" value="true"><param name="allowScriptAccess" value="always"><embed src="http://c.brightcove.com/services/viewer/federated_f9?isVid=1&isUI=1" bgcolor="#FFFFFF" flashvars="videoId=1117517361001&playerID=908282487001&playerKey=AQ~~,AAAA0vMJrfE~,Eoj_5KPzU9KKxuL_POpy-JuUjgloM5Hx&domain=embed&dynamicStreaming=true" base="http://admin.brightcove.com" name="flashObj" seamlesstabbing="false" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true" allowscriptaccess="always" swliveconnect="true" pluginspage="http://www.macromedia.com/shockwave/download/index.cgi?P1_Prod_Version=ShockwaveFlash" width="480" height="270"></embed></object>
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<br />Con esas caras de perros asesinos, con esa pinta de verdugos, con toda la ilegalidad de un uniforme sin placa de identificación, estos salvajes pegan a cualquier ciudadano: mujeres, hombres, ancianos, niños...; estos indignos retienen a periodistas, les tiran las acreditaciones, les golpean y les amenazan; estos lacayos, con toda su brutalidad y su armamento, cortan calles, prohíben pasos, quitan libertades. De sus bocas brotan rebuznos, mugidos: "me sale de los cojones; te pego dos hostias; me saco la identificación de la polla". Esto dicen, esto hacen, uno pasa a su lado y se prepara para el porrazo, el exabrupto, el atropello. Pasan y van como drogados, eufóricos, divertidos en pegar a gente inerme, en abusar del débil, en pisarlo, en zaherirlo. Y estaban para prtegernos. No me salen las palabras del asco que siento, por eso te dejo los vídeos.
<br />Querido Grice, cada día vivimos más envueltos en sombras.
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<br />Leech.
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<br />Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-23807053658177795892011-07-29T05:21:00.004+02:002011-07-29T05:32:47.526+02:00Irache.<p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;"><span style="mso-spacerun: yes"></span></span><span style="font-family:times new roman;">“…Saber es alentar con los ojos abiertos…” Tan abiertos como los tiene a todo, al más mínimo detalle: al dolor, al mirar que pide socorro, al perdón y a compartir la dicha, la esperanza, la alegría… Ha llovido tanto estas semanas sobre nuestras vacaciones estivales, nos ha caído tanto y tan fuerte, que me ha pasado casi inadvertido que después de cuatro años –casi un lustro- compartiendo fatigas con ella, el año próximo ya no podré buscar ese aliento de unos ojos que todo lo comprenden y lo explican.</span></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:times new roman;">Recuerdo la primera conversación con ella subiendo una avenida que parecía no tener término, pero que finalmente nos condujo a algún sitio: al encuentro con otros que esperaban con la misma ansiedad y el mismo temblor a alguien con quien poder atravesar mejor la densa nube gris de la apatía y la abulia que se había instalado en los altos de Vallecas. Recuerdo también no tener ninguna duda cuando me recomendó aquel viaje a las antípodas, donde me esperaban todas las alegrías que me habían sido negadas hasta entonces. También el “sí” sin condiciones que me llevó a un delirante periplo por la madre Grecia. El pasado se va envolviendo en niebla, pero la veo nítidamente en la parte delantera del autobús que cruza el Peloponeso, contándome lo peligrosa que puede ser la lectura de la Metafísca de Aristóteles. Y las ojeras, la duda de si la risa o el llanto, el absurdo absoluto, pero también la amistad, la confianza, volver y que ya no sean necesarias ni las palabras para decir y para comprender lo dicho. No puedo olvidar tampoco su sonrisa cuando me dijo un septiembre soleado que iba a ser madre. El fruto se llama Alejandra, que tiene los ojos igual de abiertos que ella.</span></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:times new roman;">Después de la larga ausencia, su retorno fue para mí como el silencio en la noche, cuando ya se apaga el ruido de Madrid y llega lo más esperado, ese silencio que envuelve y del que surgen los pensamientos más profundos y más creativos, cuando regresa en la calma la mirada del niño para la poesía, la sagrada hora del verso. Y en versos se han escrito desde entonces sus apariciones, cuando entraba en medio de las reuniones y nos miraba agonizar a Jorge y a mí, y era el antídoto contra el veneno; o cuando en los autobuses recogía con paciencia mi voz desesperada, hastiada, herida por el capricho; cuando me prestaba un poco de luz para poder ver a Husserl o a Kant; o cuando en la biblioteca había alguien con quien charlar más allá de lo cotidiano… Hasta hoy, preparándonos para pelear por poder recuperar los pedazos de nuestra dignidad. Ha sido ella, cómo no, la que me ha vuelto a alentar, a comprender y a recordar que nosotros no vamos a poder nunca desertar de nuestras ilusiones.</span></p><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:times new roman;">Será duro en este septiembre incierto y ya no tan luminoso, después de tanto tiempo, empezar un curso sin Irache cerca. Será muy hondo el vacío. Pero queda la alegría de haber compartido un poquito del viaje y la esperanza de un mañana en el que volvamos a coincidir y a ocupar nuestro sitio, el que nos corresponde, para desempolvar tantos buenos proyectos, tantas grandes ideas, tantas infinitas ganas de cambiar las cosas. Gracias Irache, por esos ojos tan abiertos a cuanto nos ocurría. </span></p><br /><br /><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;"></span></p><br /><br /><br /><p style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Times New Roman;"></span></p>Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-36198190675543775272011-07-22T01:55:00.019+02:002011-07-22T03:56:27.089+02:00Seguir caminando.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiz7LbSnEan9l3O6nSdKkCjMaoJ36YW3R61FJBMSkbR4x64fAIhWn1ELKa6UHLXsSQvH4jC_MAhaYlLw-6-JfDlEvn0ZT9jWc80zdekWbm7M6NZZ9XLmL8wk-3ofK40Rlip58M58VZVPy7g/s1600/untitlecamino.bmp"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 240px; FLOAT: left; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5631981199287416034" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiz7LbSnEan9l3O6nSdKkCjMaoJ36YW3R61FJBMSkbR4x64fAIhWn1ELKa6UHLXsSQvH4jC_MAhaYlLw-6-JfDlEvn0ZT9jWc80zdekWbm7M6NZZ9XLmL8wk-3ofK40Rlip58M58VZVPy7g/s320/untitlecamino.bmp" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><div><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><div><span style="font-size:78%;"></span></div><br /><div><span style="font-size:78%;">Fotografía de Inés del Sol, exalumna de la escuela pública.</span></div><br /><br /><div></div><br /><br /><div>Se ven las estrellas también en Madrid algunas noches como esta, una más de este julio que por una vez no vino envuelto en calinas y aires africanos y sí en una agradable brisa de verano. Cuando uno mira allá arriba y ve, imagina tamaños y distancias inmensurables y cobra consciencia de lo poco que somos y significamos en este Universo infinito, inabarcable e incomprensible. Basta mirar con calma al cielo y abrir los sentidos a todo lo que nos rodea para ser conscientes de nuestra insignificancia, de nuestra pequeñez. Por eso nos unimos a los otros y buscamos constantemente el calor de su presencia, por miedo a quedarnos solos ante esa inmensidad presente, pero ignorada tan a menudo. Conviene de vez en cuando sentirse pequeño, minúsculo grano de arena en la infinitud del desierto. ¿Quién no se ha sentido así frente a un mar enfurecido, ante la misteriosa quietud de una montaña o bajo un cielo poblado de estrellas? Así me gusta pararme a pensar en las espaciosas noches de verano, cuando no me importan las horas, ni los días, ni las obligaciones. Sentirse nada, diminuto, pequeño, insustancial, para ir de nuevo comenzando el camino que me lleva a mí mismo y a los otros. </div><br /><br /><div>Desgasta mucho esta batalla que es la vida, por eso hay que parar a recobrar el aliento y a ordenar un poco los pensamientos. El primero, ser humilde, volver siempre a desnudarse cuando uno se creía ya para siempre protegido por cómoda y cálida vestimenta, cuando no por pompas y galas, siempre inmerecidas. Hemos de levantarnos cada día y reinventar desde lo más pequeño nuestros pasos, trazar nuevos rumbos, volver al esfuerzo de construir un sentido, acordarnos del ayer y buscar sus huellas, para que toda la ruta se nos vaya mostrando cada vez más sencilla. Ni un paso atrás, pero con el pasado escoltándonos, consejero, este sí, sabio y certero. El hombre que no recuerda, nunca puede encontrar algo verdaderamente sustancioso en su vida, solo le está permitido un merodear que, si atractivo un tiempo, deviene inevitablemente en amargor y desdicha al final del camino. </div><br /><br /><div>Complejo es este viaje de la vida. Toca ahora, después del verano, volver a encender la mecha de lo que un día fue vocación, pasión, destino. Han venido a ponerse en medio del camino aquellos que nunca han abierto los sentidos a la inmensidad y que, por tanto, ignoran que son, ellos también, minúsculos e insignificantes. Desconocen la humildad del que ha de ir reinventando qué hacer con su vida. Y en el hoy que despierta, cuando a uno le tocaba pensar "¿y ahora qué?" han venido a dar respuesta aquí, en medio de estas plácidas jornadas veraniegas, a la incómoda pregunta: ahora a luchar por recuperar lo que no hace tanto decidí que sería mi profesión, parte del desvelo y del sosiego de mis días. </div><br /><br /><div>Está hermosa hoy también la noche y descanso, porque harán falta las fuerzas cuando llegue el momento, porque no pienso ya dar ni un paso atrás, mis sueños sienten de nuevo su imparable deseo de ser realizados. </div><br />Leech.<br /><br /><br /><br /><div><span style="font-family:times new roman;font-size:78%;">A todos los alumnos y profesores de la escuela pública a los que he querido y que me han querido ellos también a mí. </span></div></div>Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-3808359442152289102011-06-11T15:38:00.004+02:002011-06-11T17:56:53.305+02:00Las cosas por su nombre.Intentemos, querido Grice, hablar claro, sin tapujos, sin frenos, llamemos a las cosas por su nombre. Y es que las palabras dichas en libertad hieren, golpean y remueven la conciencia y desnudan ciertas ignoracias que se ocultan detrás de una montonera de vocablos propios del lenguaje salvajemente burocratizado, con el que se van defendiendo estos operarios del tópico y el disimulo. LLenan de hormigón algo tan sagrado como el lenguaje para sacralizar ideas y realidades que de sagrado no tienen nada.<br /><br />Es sagrado un torrente salvaje de agua que rompe las entrañas de la roca; y no lo es esta familia real que sufrimos y padecemos en España, idea sustentada a golpe de palabras de hormigón y sin vida. El otro día, lo verías, querido Leech, el "príncipe" era preguntado por una joven mujer sobre si tendría los arrestos de convocar una consulta popular para poder comprobar si el pueblo desea la monarquía. Y se enfrentaban el lenguaje fresco, rico, libre de ataduras y tópicos vanos frente a ese lenguaje de hormigón, vacío, burocratizado y sin contenido. Ante las preguntas directas, sin rodeos, sin prejuicios, de la joven, el "príncipe" respondía con "constitución", "sistema", "mecanismos democráticos", "representastes del pueblo", etc. Cuando ya se vio atrapado y sin salida, por aquel mar de palabras (apenas tres frases y en un tono muy educado, nada hostil ni agresivo) que atormentaban a su pobre entendimiento, se defendió con el ataque al interlocutor, segundo vicio en este pobre país después del vaciado burocrático del lenguaje. Así le dijo a la joven: "Desde luego, ya has conseguido tu minuto de gloria", mientras era jaleado por estos chupópteros, lisonjeros y aduladores lameculos que suelen acompañar al "príncipe" o a cuantas "autoridades" pasen por sus feudos. "¿Ese es el único problema que tienes en la vida?", le decía uno de estos lameculos. Y la joven, educada en extremo, que posiblemente ha sido instruida en el respeto a las ideas de aquellos con los que habla y discute -"respetad a las personas, pero hablad de sus vicios"- intentaba, vana ilusión, continuar con la exposición de sus argumentos. Y no le dijo que el único problema que todos ahora mismo tenemos en nuestra vida es que nos hemos ido dejando engatusar tanto, que para sobrevivir y dormir bajo techo hemos de pagar el peaje de sostener a mamarrachos como él, analfabetos de solemnidad que han ido trepando gracias a diversas artes entre las que chupar y lamer ocupan un lugar detacado. "Quiero ser ciudadana y no súbdita" dijo la joven, y todas las alarmas se dispararon, era el lenguaje lleno de contenido el que hablaba, era una súbdita que, a pesar del sistema educativo, había perdido el miedo a la falsa sacralización de "príncipes y princesas", era alguien que no venía a vitorear y a dar vivas, que es a lo que esta recua está acostumbrada -perdón a las mulas-. Sagrado es el ser humano en libertad buscando cada día darle un sentido a su vida, sagrada ella también, la vida en libertad del ser humano. Les asustan las palabras, Grice, "república", "ciudadano", "decidir". Notorio y palpable fue el miedo, y el "muera la inteligencia" de este "príncipe" petulante, tonto al que las risas y palmaditas en la espalda llevan a pensar que tiene algún mérito su persona y lo que ella representa.<br /><br />Unos días después, unos "tertulianos" en la radio reflexionaban sobre la concentración de personas a las puertas del llamado Parlamento. Los "tertulianos" estaban escandalizados por lo que creían un ataque a los cimientos de nuestro querido sistema democrático y nuestro cacareado estado de derecho. Argumentaban que no se puede permitir una crítica tan explícita a las bases de nuestra democracia, ellos, por supuesto a favor de todos los derechos y libertades, cómo no, simpatizantes del movimiento popular del 15M y de cualquier manifestación reivindicativa... Pero los límites deben estar claros, hay cosas que no se pueden cuestionar, una de ellas el Parlamento. Sagrada es la tierra que nos da sustento y soporta nuestros pesos, no las instituciones que fueron pensadas para estar al servicio de los ciudadanos y han devenido en instrumentos de su explotación y dominio. Estos mismos "pensadores pogresistas" han proclamado sus miedos a que el lenguaje se libere y llame "sinvergüenzas" a aquellos que roban y a aquellos que dan cobijo, asilo y protección a los que tales ilegalidades cometen. Ya en su día recordaron que las decisiones del Tribunal Constitucional no se pueden criticar de ninguna de las maneras, o que a un loco envanecido hasta lo grotesco como fue nuestro anterior presidente del gobierno hay que defenderlo de cualquier ataque verbal que pueda sufrir -y fue entonces el "rey" y no el "príncipe" el que perdió el sitio y las maneras y fue palmeado en la espalda por la región de lameculos que lo apoyan y animan-. Estos hipócritas tertulianos nombraban la palabra "antisistema" con miedo, como un peligro conjurado, alejado por fortuna de nuestras vidas, pero que amenaza con revivir apenas cuatro ciudadanos lo invoquen. "Antisistema", dicen, sin pensar que los que van contra el sistema son todos los políticos, los que han delinquido y los que han legitimado sus delitos con protección y promoción. Tanto robas, tanto vales. Antisitema son los que han votado a candidatos que son acreditados ladrones y que no acabarán en la cárcel porque, yo sí lo digo, la justicia no existe por culpa de sus ministros. Antisistema son estos "tertulianos" cobardes que no se atreven a usar el lenguaje para desacralizar tanto falso ídolo como han ido creando y que no hablan de la inutilidad de monarcas y príncipes, la inmoralidad y cobardía de jueces y políticos, la ignorancia declarada de masas que se dejan llevar por tópicos y prejuicios, la delincuencia explícita e impúdica de banqueros, financieros y comisarios de economía. Y un largo etcétera. ¿No son antisistema todos los que han llevado al poder a xenófobos y racistas en Cataluña? ¿No son antisistema los mismos candidatos -ya realidades ejerciendo sus cargos- que han proclamado a los cuatro vientos su desprecio al ser humano si no está cortado por el patrón que su racista visión del mundo ha ideado? Si no son todos ellos los antisistema, si los antisistema son los que están contra toda esta Corte de ladrones, mentirosos, criminales e ignorantes, esntonces, querido Grice, déjame que lo proclame: Soy un antisistema. Ahora que venga la policía con sus porras a desposeerme del lenguaje.<br /><br />Es sagrada la pobreza que intenta levantarse, que cruza el mar, que sale a la calle y grita, que ocupa las plazas pidiendo únicamente una cosa: que por fin se acaben los privilegios y a cada uno le sea dado lo que le corresponde.<br /><br />Leech.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-67109266691234480922010-11-26T22:42:00.004+01:002010-11-26T23:27:19.428+01:00Me lo estoy perdiendo.Ahora que se está celebrando -qué traviesas las palabras- la campaña política en Cataluña, me doy cuenta de que yo nunca he experimentado el amor a la tierra en que uno vive que sienten con intensidad la mayoría de los catalanes. Se sienten identificados con la porción de tierra en la que el puro azar los situó. Yo nunca me he sentido así, querido Leech.<br /><br />Este verano, cómo no saberlo, la selección de fútbol de España ganó el Mundial. Nada. Ninguna emoción recorrió mi cuerpo, no se me vino el llanto, no sentí ese orgullo que dicen que te invade y recorre los secretos callejones del espíritu. Me gusta mucho el fútbol y soy del Real Madrid. Cuando me han preguntado el por qué, siempre he contestado lo mismo: mi padre siempre ha sido del Madrid. Así que puedo concluir que la patria verdadera en este caso es mi padre, su influencia sí ha sido decisiva y no la del nacimiento en este o en el otro lugar. Cuando veía a la gente narrar lo que sintió aquel día, con aquel gol, personas que detestan el fútbol, pero que se pintaron la bandera de España en la cara y gritaron su orgullo en los bares y en las calles, sentí que algo me estaba perdiendo. Ni el hecho de estar fuera, en Berlín, me hizo acercarme más a la dicha de ser español. No siento amor por España, nada me estremece su bandera, ni su himno, ni su equipo, ni sus tradiciones. Sí amo, sin embargo, su lengua, pero también por azar, hubiese amado el húngaro de haber nacido en hungría.<br /><br />No acaba aquí la desdicha, pues tampoco me siento dichoso cuando viajo a la ciudad donde nací. Dice mucha gente que allí conozco que lo tienen todo, que es la ciudad ideal, que no la cambiarían por nada del mundo. ¡Qué envidia! Yo no puedo conformarme con ningún lugar porque ninguno amo ni siento mío. Sin embargo sí que amo a los amigos que allí me quedan. Lo mismo me ocurre con el pueblo de mis padres. Sus gentes se hinchan y emocionan rezando a su virgen, viviendo sus fiestas y entienden sus vidas en la ciudad como un doloroso exilio, pues les priva de ese Edén o Arcadia, donde todo lo que un hombre puede desear existe. Su nombre no me hace temblar, detesto sus nobles tradiciones taurinas y el alarde que sus gentes muestran de ciertas formas de brutalidad y grosería. Sin embargo atesoro hermosos recuerdos de mi infancia allí con mis primos y mi tío, de las salidas con ellos al campo a coger leña, bellotas, moras... Así que mi patria son también los amigos y los recuerdos de la infancia.<br /><br />Me lo estoy perdiendo, Leech. La gente lo grita, lo defiende, lo exige, lo ama, es el sentimiento de pertenencia que conforma un "nosotros" único y distinto al "ellos", un "nosotros" bendecido con todas las virtudes y sin defecto posible. Ni español, ni catalán, ni castellano, ni vallisoletano, ni tiedrano, ni nada... algo me estoy perdiendo.<br /><br />Grice.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-55668174940324745602010-09-29T00:38:00.002+02:002010-09-29T01:17:48.548+02:00Delirios."Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo...<br />y por los mismos motivos."<br /><br />Me ha enviado esta frase en un correo, querido Leech, un delegado o lumbrera sindical. Qué delirio, ¿no te parece? Aquellos estómagos llenos hasta la arcada hace bien poco, se muestran ahora extremadamente desagradecidos, pidiendo la cabeza de aquel que los alimentó hasta dejarlos ahítos y al que jalearon sin pudor mientras iban perdiendo la sonrisa aquellos miles y millones que eran despedidos, o mientras los bancos se llenaban los bolsillos, no para salvarse, no, sino para aumentar beneficios y blindar la retirada de sus directivos. Se iba rompiendo todo y ellos hablaban de responsabilidad, de paz social, de confianza... y ahora de pronto vuelven a saturar mi correo con estupideces sin fin, como esta frase en la que muestran con síntesis y condensadamente la calaña de la que están hechos. Siempre con el viento que mejor sopla, intuyen que ahora toca comer de otras manos y empiezan su campaña. Hay motivos para parar, yo siempre he parado, quien me conoce, como tú, Leech, lo sabe, pero fíjate que ya ni me apetece, pues no quiero egordar las listas de estos parásitos. Nadie se olvide de algo importante, volverán a sentarse cunado de nuevo se les ofrezca el pienso, volverán a comer de la mano de unos y de otros, volverán a dejar tirados a aquellos a los que dicen defender. "Tírame pan y llámame perro". Los individualistas y los insolidarios son ellos y a todo le unen la estupidez y ñoñería, ¿o no son estúpidas propuestas como pedir a los abuelos que desatiendan a sus nietos; o no serán ñoñas las cadenas humanas, globos y timbales que se verán mañana? Con la que está cayendo y nosotros aquí, en manos de estos lacayos y de sus piquetes, verdugos de la libertad, déspotas sarnosos, voceros sin juicio. Mañana es fiesta donde trabajo, hace un tiempo hubiera pedido figurar el primero.<br /><br />Por cierto, la frase, explica la lumbrera sindical, es de Bernard Shaw. Y el título del correo era "frase lapidaria". Leámoslo en sentido literal.<br /><br />Grice.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-19779914720539692792010-08-14T02:40:00.002+02:002010-08-14T14:49:33.538+02:00Despedida.Nos ha tocado decirte adiós cuando no lo queríamos. Está el mundo huérfano ahora de tu presencia y tu ejemplo, pasan los días y tu recuerdo se va confundiendo, ya no está tan persistentemente golpeando las recónditas zonas de la memoria, pero aún se aparece en los momentos de silencio nocturno, a esta hora en la que el mundo duerme y recordar es una tarea grata y dolorosa al mismo tiempo. El dolor, sí, se desató en fiero torbellino cuando el viento me trajo la noticia hasta el bosque de hayas en que me encontraba buscando un refigio, una guarida, un consuelo a todo el sinsentido de la vida diaria. Y tú viniste a revolverlo otra vez todo, a confirmar que el enigma es inmenso y no se puede ni de lejos entrever un poco de luz que lo aclare. Cómo puede ser tener que decir adiós para siempre a tus ojos que clavaban la mirada, a tus sonrisas que animaban tanto, a tu voz que preguntaba, a todas tus virtudes que nos iban asombrando cada día. Hemos perdido, esto pasa, no debemos olvidar nunca que la derrota está ahí presente, entre cada una de nuestras respiraciones. Pero esta derrota duele más si cabe que el resto por la manera en que has encarado el infortunio, cómo te has batido frente a cada mala noticia, frente a cada revés de la caprichosa fortuna. Hasta el final de pie, en un ejemplo de humanidad y fortaleza inolvidables, que es tarea nuestra ahora recordar y contar para que no se borre, no se pierdan ni se apaguen tu imagen y tu ejemplo, para que siempre estés en nuestros corazones, a pesar del tiempo. Adiós antes de tiempo, cuando debías empezar a exprimir la juventud que te llegaba, cuando por fin te ibas librando de las angustias de la adolescencia, cuando te sentías después de dos años de pelea preparada para asaltar la fortaleza del dolor y los días amargos, llenos de incertidumbre. Me encuentro con tu correo eléctronico y me da miedo borrarlo, los actos más triviales son en el drama los más complejos, veo esa dirección con tu nombre y tus últimas palabras y un escalofrío me atraviesa hasta la sombra.<br />Me queda el egoísta consuelo de saber que me ayudarás en los días de niebla a encontrar de nuevo el camino más justo y más recto; que serás el pañuelo de agua fresca sobre mi frente en las noches de fiebre; que me irás recordando el milagroso don que es la vida cuando el dolor sea agudo y los horizontes borrosos. A cambio tendrás mis ojos para ver cada nueva puesta de sol; mis oídos para la música y el canto de los pájaros en verano; mi tacto y mi piel para cada sensación nueva y desconocida. Adiós, Fabiola.<br /><br />Leech. (Hoy necesitaba hablar conmigo mismo, pero sé que me escuchas, querido Grice.)Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-51823679848134357022010-07-15T16:14:00.002+02:002010-07-15T16:37:49.442+02:00Decisión.Muchas veces tenemos que enfrentarnos en nuestras vidas a situaciones en las que se nos impone elegir una opción de dos posibles. Eliges un camino y supone irremediablemente abandonar para siempre el otro. Cómo pudo haber sido nuestra vida de haber escogido la otra opción, hubiésemos sido mucho más felices o quizás más desgraciados, quién sabe, ya para siempre se queda todo lo no vivido en el terreno de la imaginación y la entelequia. Nos quita el sueño la decisión que hemos de tomar forzosamente e intentamos anticipar las dos posibilidades, construir los dos mundos posibles que se nos ofrecen, en noches largas de lámparas que no paran de encenderse y de apagarse, de paseos ansiosos al sagrado altar de la nevera. Es todo inevitable, la duda, el vértigo, el miedo incluso, pero ha de acabar: cumplido el plazo deberemos tomar la decisión, mirar al frente y siguir viviendo cada día sin pensar en la opción descartada, hayamos o no acertado. Alguna noche traicionera nos desvelará con el pensamiento de lo que pudo ser y no fue, pero vivir es ir tomando decisiones que traen consigo la cara dulce del éxito y el amargo revés del error y el fracaso. Todo nos haga más libres y plenos.<br /><br />A María y Pato, para que duerman tranquilos.<br /><br />Leech.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-11875842810928649412010-05-10T21:21:00.005+02:002010-05-17T19:21:43.060+02:00Palabra y pensamiento.Qué difícil es encontrar espacios para la conversación tranquila y la reflexión profunda, querido Grice. ¿Te has fijado? Cada día es más complicado el uso de la palabra en libertad con otros y cada día menos común que alguien escuche con atención a otro y enriquezca su mundo con lo que le va aportando esa sabia escucha. Mundo de monólogos vacíos y ruidosos. Donde escuchar es perder el tiempo y donde se considera que la palabra solo sirve si es para arrojar, atacar, herir, defenderse uno mismo preventivamente de los ataques de los demás. Lo vemos todos los días. ¿Quién no se ha sentido desamparado al comprobar que no le están escuchando cuando habla y que si lo están haciendo no están sino malinterpretando sus palabras, preparando una respuesta que no guarada relación con lo que dijo y además de incoherente y no pertinente es agresiva y cargada de veneno? Ya no se comprenden los significados de las palabras porque ya no se escucha, faltan las ganas y los espacios para ello: uno no puede sentir ganas de escuchar entre tanto ruido y alboroto. Guárdate, querido Leech, de ser irónico, pues en sentido recto tomarán tus palabras; haz que el humor desaparezca de tus intervenciones; siempre sé directo y rotundo, las indirectas y alusiones ya no son comprendidas; despoja a tu lenguaje de la metáfora y el símbolo, si no quieres ser considerado un loco, no vaya a ser que si dices no encontrar el camino te indiquen su dirección exacta.<br /><br />Mira Leech a esos políticos reproduciendo siempre las mismas palabras, sin libertad para decir lo que de verdad piensan, atados (no con cuerdas, he de explicarme bien) a lo que diseñan los ideólogos de sus partidos; escuchan una pregunta y responden cosas que nada tienen que ver con lo preguntado, dónde pues la norma tácita de ser coherente con el discurso y relevante con las respuestas, dónde. ¡Ay de este mundo si un día decidiéramos escuchar a los políticos! Aquel lema hermoso se reinterpretaría: "imagina que hay unas elecciones y no vamos ninguno". Dirían que ha habido "una pequeña caída en la asistencia de votantes, sin importancia". Fíjate Leech como intenta la canalla derecha prohibir el verbo libre, cómo gustan de censurar e inventar infiernos donde va aquel que se atreve a proclamar las palabras que den expresión a su pensamiento, "antidemócrtas" dicen, con ese gusto por los prefijos que niegan, oponen y enfrentan. Mira su vocabulario: "ataque", "ruptura", "ruina". Profetas del miedo que manipulan el lenguaje y llenan de ruido los espacios para que no podamos pensar. Fíjate los loros de la izquierda repitiendo los mismos vicios, disfrazando su falta de talento e ideas con retórica vana, "progreso" dicen, "libertad" proclaman, "derechos" gritan, pero nunca se atreven a ahondar en esos vocablos, llegar sin miedo ni medias tintas a su verdadero significado, ni a explicárnoslos. Son para ellos pancartas muy bien enrolladas y guardadas en un viejo almacén de donde las sacan algunas tardes primaverales y las pasean en las manifestaciones para que les de el sol que deslumbre y ciegue. Pero apenas cae la noche ya las están de nuevo enrollando, no vaya a ser que la gente empiece a hacer preguntas y a crear espacios donde discutir sobre sus múltiples acepciones. Porque la crisis, Leech, es también de palabras y significados. Los profetas de nuestro tiempo dicen cosas llenas de sentido: "Hasta que no seamos matemáticamente campeones no habremos ganado nada" dice el genio y la gente lo proclama, qué bien habla el buen Guardiola, qué sentido sus palabras; "La corrupción es consustancial a las instituciones" aclara la iluminada y la dejamos engordar en la poltrona de esas mismas instituciones.<br /><br />Podríamos aprender unos de otros muchísimo si nos sentáramos a conversar más a menudo. "No tengo nada que decir" se escucha tan a menudo cuando intentas resolver un problema o aclarar un malentendido. "Tú dices mucho, pero haces poco" te increpan, sin pararse a pensar que decir es la mejor manera de empezar a hacer. Han faltado palabras, dichas y escuchadas, entre los profesores, los padres y la niña del velo. Les faltan palabras de todo tipo siempre a los violentos. No dejar que hablen los miserables, los pobres, los marginados, siempre es la estrategia de los que no están dispuestos a compartir sus fortunas ni a abrir sus fronteras. No escuchar al desconocido porque es más cómoda la sospecha como excusa para no prestarle atención. Si pudiéramos sentarnos a hablar sin prejuicios, sin miedo ni censuras, participando en todos los sentidos y con todos ellos... tranquilamente hablando, estimado amigo.<br /><br />Grice.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-31219179529607122002010-04-13T22:46:00.005+02:002010-04-13T23:13:00.107+02:00Nos echan.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8fP4wvlIKR7w22UXjDxcNxBjZYIUQElswaI9CG6Qp0aV5DAH5x56I6rIOVAq_e5zUPmTJT3YihE-qYG-Wnxokl66hyphenhyphenekdkXXCeXMl_6HU9fyQVjlx1m5mNoH91hCMFkWc9g8FCFZ7p2WZ/s1600/P4100564.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459731255958203234" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8fP4wvlIKR7w22UXjDxcNxBjZYIUQElswaI9CG6Qp0aV5DAH5x56I6rIOVAq_e5zUPmTJT3YihE-qYG-Wnxokl66hyphenhyphenekdkXXCeXMl_6HU9fyQVjlx1m5mNoH91hCMFkWc9g8FCFZ7p2WZ/s320/P4100564.JPG" border="0" /></a><br /><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyBjX39f2S0czngsCiVthk_9C6KpANmLRg_vWksbBAS9V-NzX2PXI3uHMb62vG-u4ak9eH75JLZT-E6LiHXsuZkz7PCo4WtQu1AmtRrwNje05DtYDUQscgxIZHxSQt4M6XNhp012nEUGcn/s1600/P4100563.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459731001474209954" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyBjX39f2S0czngsCiVthk_9C6KpANmLRg_vWksbBAS9V-NzX2PXI3uHMb62vG-u4ak9eH75JLZT-E6LiHXsuZkz7PCo4WtQu1AmtRrwNje05DtYDUQscgxIZHxSQt4M6XNhp012nEUGcn/s320/P4100563.JPG" border="0" /></a><br /><br /><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBJviwzXt35-aZes3gaDN3DLEuM9HXeLwMSibTTedFG9Ci63REGnWTGRVmAm6v_da7PqANyHzmfwpXf-88QZv0YCBMkf9XFSRnK7UoSF-QQi8CEh1j0ILudBb4SX7l6TlCA-5v2sN15dnX/s1600/P4100566.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459730775952163618" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBJviwzXt35-aZes3gaDN3DLEuM9HXeLwMSibTTedFG9Ci63REGnWTGRVmAm6v_da7PqANyHzmfwpXf-88QZv0YCBMkf9XFSRnK7UoSF-QQi8CEh1j0ILudBb4SX7l6TlCA-5v2sN15dnX/s320/P4100566.JPG" border="0" /></a><br /><br />Nos quieren echar. No debemos de interesar, vecinos locos que quieren una panadería donde comprar huevos, leche y pan en vez de un Iphone nuevo cada dos meses o unas botas cada tres, de 300 euros, por supuesto. Vecinos locos que quieren una biblioteca en la que pasar alguna que otra tarde entre las páginas de un buen libro, tebeo, periódico o revista; que piden un centro cultural para llevar a sus hijos a aprender jugando con plastilinas de colores y papeles o un colegio donde matricularles en septiembre sin tener que buscarse uno de pago en otro barrio; que quieren un parque limpio y cuidado donde poder engañar a los sentidos abrasados en verano; que les gusta pasear sin riesgo de ser atropellados o de golpearse con postes de hierro u hormigón; tipos raros que no soportan coches con la música a todo volumen en sus puertas, ni la divina fiesta moderna de los jóvenes y los no tan jóvenes que beben en sus calles porque los bares son muy caros, pobres chavales y no tan chavales que por culpa de estos locos no pueden gozar del presente y mear y vomitar y llenar con su "arte" los feos muros y las horribles puertas de sus fachadas. Estos locos vecinos que quieren un barrio en vez de un MADRID.ES moderno, vanguardista, comercial, alegre, vivo, joven, dinámico... lleno de mierda, bien lleno de mierda. </div><div><br /><div>Curioso y muy representativo, la foto es de la fachada del instituto de mi barrio. Y así es, efectivamente, como están dejando la educación en este Madrid del siglo XXI, capital del dolor. Así es como gobierna "el faraón", he aquí su gran obra, esta foto de la infamia tomada a las 12 del mediodía del sábado pasado, mundimadrid.com, malos súbditos y peor señor, que se vayan estos vecinos que quieren leer, educar a sus hijos, pasear, jugar, vivir... que se vayan a la mierda y dejen tranquilos a los juerguistas y a los turistas.</div><div> </div><div>LEECH.</div></div></div>Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-38441514560587927752010-03-27T20:12:00.003+01:002010-03-27T21:44:25.819+01:00Terezin.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeRDL-m-v1-GsP_-QxdK3oAxbDym-AYg2h8YZyvQGAGJR-8z_m2QOID8xW6svjpRNmtY3jJkNr485g6iBfGG5iJfXiWuUlaVmVWG6OWh-sf6DtjbWgcZMhPmUO-vY4wl7rEWJ_fs-yr_CO/s1600/terezin_brana1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5453416380493041794" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 242px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeRDL-m-v1-GsP_-QxdK3oAxbDym-AYg2h8YZyvQGAGJR-8z_m2QOID8xW6svjpRNmtY3jJkNr485g6iBfGG5iJfXiWuUlaVmVWG6OWh-sf6DtjbWgcZMhPmUO-vY4wl7rEWJ_fs-yr_CO/s320/terezin_brana1.jpg" border="0" /></a><br /><div></div><br /><div></div><br /><div>Después de tanto silencio hablemos de Terezin. Quiso la casualidad llevarnos a este lugar de memoria y silencio en La República Checa. Y volvimos callados y distintos, porque solo así se puede regresar de un lugar donde todo son voces de horror, sufrimiento, muerte y dolor. Fue Terezín una fortaleza aprovechada por los nazis para crear una prisión y gueto donde encerrar a presos políticos y judíos, a la espera de mandarlos a un destino aún más horrible: los campos de trabajo y exterminio polacos y alemanes. Por esta antesala de muerte pasaron más de 150.000 judíos, de los que murieron unos 33.000, mientras que 88.000 eran enviados a los campos de exterminio. Sobrevivieron finalmente apenas 17.000, en un absurdo de muerte y cifras que dan pasmo y angustia. LLegas allí y cruzas sus puertas y te imaginas a hombres, mujeres y niños entre el barro y el frío, luchando por sobrevivir entre el desconcierto y el miedo a un futuro que viene anunciado en forma de humo: el que sale del crematorio incansablemente. Y ves las camillas metálicas donde los verdugos les hurgaban antes de ser quemados en busca de cualquier objeto de valor, convertidos en material, en meros objetos al fuego y al olvido destinados. Y no te lo explicas, te callas buscando una pequeña razón o trozo de pensamiento que te ayude a comprender, pero solo encuentras el sonido del dolor que grita cada metro cuadrado de ese pequeño epacio del horror. </div><br /><div>Brillaba el sol sobre el campo de Terezin, el día era espléndido y se podía oír cómo piaban los pájaros. Algún turista estúpido nos recordaba que el hombre es un animal ridículo capaz de hacerse fotos sonriente, con gorra y gafas de sol, frente a una celda en la que fueron encerrados hasta 80 seres humanos al tiempo. Íbamos tranquilos y confiados pensando en la visita como una más de las que habíamos ido haciendo durante los últimos días: datos históricos, narración de anécdotas, explicaciones sobre la arquitectura de un nuevo monumento... pero pronto comprendimos nuestra equivocación, estábamos en un lugar que nos señalaba con el dedo, nos golpeaba las conciencias, nos advertía de que los peligros del pasado pueden siempre volver si perdemos la memoria y nos olvidamos de la responsabilidad de conservar lo conseguido y seguir mejorándolo cada día. Y nada más cruzar el umbral de esa puerta que cínicamente nos habla de libertad y trabajo nos dimos cuenta de que después de aquello seríamos por fin un poco menos ciegos e ignorantes.</div><br /><div></div><br /><div>Leech.</div>Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-28594681446500180682009-12-17T23:20:00.004+01:002009-12-20T16:54:03.315+01:00Renunciar.Muchas veces he sostenido, querido Grice, que nuestras vidas están hechas de contínuas renuncias. Nos pasamos los días renunciando a aquello que deseamos: a las simples apetencias, esos deseos nimios e intranscendentes cuya consecución produce un efímero placer que pronto se desvanece (la piruleta en el escaparate, el niño que llora, la piruleta en sus manos y apenas un segundo y ya está la piruleta sola y abandonada a su triste condición de apetencia pasajera); pero también a los anhelos profundos e intensos: aquellos que nos hacen caminar sin rumbo, abstraídos, deseosos de estar sin ocupación y solos para entregarnos a los pensamientos y elucubraciones, "podría o pudo ser así, debería o debió ser de esta manera, tan hermoso y sencillo..."<br />Pero sabemos que no puede ser y lo asumimos y con esa asunción vamos creciendo y fortaleciéndonos y también, por qué no, dejándole un espacio en nuestras vidas a la ensoñación y la fantasía.<br />Vienen también en nuestra defensa los consuelos: "mejor no tener esto o lo otro, para qué, una vez poseído habíamos de empezar a sentirlo como rutina y pronto se gastaría todo, compañías, amores, emociones... pronto dejarían de ser primicias y el tedio acabaría por abrasar lo que una vez fue deseado." Muy bien, siempre encontramos fuertes defensas, pero hay que reconocerlo, querido Grice, duele renunciar, alejarse de lo deseado, verlo todos los días ahí cerca, al alcance de la mano y la palabra y tener que decirle adiós con desconsuelo... hasta que solo sea ya recuerdo de lo que un día con febril pasión deseamos.<br /><br />Leech.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-54587687870773221432009-12-13T01:16:00.002+01:002009-12-13T01:34:44.374+01:00Lluvia.¿Por qué no vienes a llenarlo todo con tu frescor y tu música? ¿Por qué no quieres ya saber nada de nosotros? ¿Hemos de volver a las canciones: "qué llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva..."? Hartos estamos del subjuntivo ya, vieja amiga, solo queremos que vengas a anestesiarnos con tu goteo, con tu caer, con tu alimento. Vuelve, lluvia, vuelve y cálanos hasta el alma, mecenos con tus milenarias palabras, para que de nuevo podamos escuchar nuestros pensamientos. Ven a empapar a los que todo lo ensucian y corrompen, a los que nos van limando la esperanza con sus arteras mañas, que escurriendo y maldiciendo se vayan ahogando en su propio veneno. Golpea los tejados de nuevo para que podamos oirte bajo la manta en medio de una fría noche de nuevo invernal, el trabajo aún en la lejanía del día que tardará en llegar. Trae contigo el olor de las eras de la infancia, del árbol y la tierra húmedos, regálanos, generosa, el placer de los días de lluvia de nuestra bendita infancia, tumbados sobre el calor de la gloria porque siempre causaste pasmo en nuestros adultos. ¿Recuerdas cuando nos escapábamos arriesgando la cara para jugar a piratas y a pescadores entre los enormes charcos que ibas creando para nosotros? Vengan después los claros, pero quede el placer de haberte visto de nuevo por unos días cantar sobre el empedrado, sobre las marquesinas de los autobuses, los cristales del aula, la baldosa del balcón de mi casa... "Que llueva, que llueva/ la Virgen de la Cueva/ los pajaritos cantan/ las nubes se levantan..."<br /><br />Grice y Leech.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-72095322090436407442009-11-16T22:48:00.002+01:002009-11-16T23:52:47.570+01:00Olvidados.Querido y estimado Grice, hoy voy a hacer una reflexión sobre mi trabajo. La cuestión a la que le he dado ya varias vueltas desde hace días, y aún meses, es la siguiente: la mayor parte de nuestro tiempo y de nuestras energías los gastamos mis compañeros y yo en unos pocos alumnos. Y de esos pocos alumnos la gran mayoría son los que no quieren estudiar, no vienen a clase, consumen droga, molestan e incomodan a los demás -cuando no les agreden y golpean- nos faltan al respeto, no cumplen ni una sola norma, enturbian un ambiente que es inusualmente bueno... Así que tenemos que dedicar lo mejor de nuestro trabajo a localizarlos, llamar a sus casas, pelear en los pasillos, escribir interminables partes, mandarlos callar... mientras la gran mayoría de chicos esperan pacientemente, con una comprensión inmensa hacia lo arduo y amargo de nuestra tarea. Luego nos citan los psicólogos en reuniones en las que nos hablan de comprensión, diversidad, oportunidades, integración... y no estoy en contra, querido Grice, de todo eso que me cuentan, ni estoy en contra de mirar a esos chavales que molestan con la bondad y la comprensión con la que, desafortunadamente, nadie los ha mirado en sus pobres vidas; pero me pregunto si alguien conoce el nombre y los apellidos de aquellos anónimos chavales que quieren aprender, que cuidan los muebles y los materiales, te saludan cuando entras en clase, ayudan a sus compañeros, respetan a sus profesores, quieren aprender todos los días a ser mejores... Se pide a las familias que donen los libros viejos para que puedan ser usados y allí están ellos y ellas, sonrientes, al día siguiente, con sus libros; se organiza una recogida de juguetes para Navidad y son ellos los que llenan los pasillos de sus viejos y queridos juguetes; piden candidatos para organizr actividades extraescolares y allá van ellos a pintar, limpiar, recoger... No han sido nunca sancionados, no han robado ni un solo segundo de nadie que no sea sus profesores, si los llevas de excursión los guías de los museos te felicitan... Y sin embargo, ni un solo incentivo, ni una sola palabra de ánimo y cariño, ni un solo céntimo invertido en ellos. Se invita a ir a Inglaterra a aprender inglés a chicos que lo rechazan porque maldita la gana que tienen ellos de aprender nada ni de moverse de su parque y sus "colegas"; estos otros, que paguen; se subvencionan libros a chavales que al tercer día los han perdido; a estos otros, que paguen; y así un largo etcétera sin fin. El curso pasado pedí 100 euros para comprar 30 relatos clásicos de aventuras y regalárselos a estos chicos que aman la lectura (de ellas te hablé en este espacio) y me dijeron que no estaba justificado ese despilfarro, en libros, por cierto. Luego se prestan equipos de sonido para que los "desheredados" hagan "hip-hop".<br />Es descorazonador, mi buen amigo, ver a todo un equipo de profesionales desesperar por cuatro gamberros en vez de dar lo mejor de sí por formar y educar a jóvenes cariñosos, receptivos, inteligentes, nobles y generosos. La escuela pública se olvidó de que parte esencial de su cometido es preparar lo mejor posible a sus buenos alumnos para que tengan un futuro y sean personas plenas. Si solo seguimos mirando hacia abajo cometeremos una enorme injusticia contra esos olvidados que esperan. Pronunciemos sus nombres, hablemos de ellos, de sus virtudes, mostrémosles caminos para que los recorran sin miedo ni vergüenza... y dediquémosles de vez en cuando alguna palabra de aliento.<br /><br />Leech.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-61526717490759088672009-10-19T22:51:00.004+02:002009-10-19T23:56:31.355+02:00Tierra.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3jpujGFawseAY5TTTnxGP7L_VBH72KlP_UkIEQQFR-jl1EKlQ9Iv16hYra5Lg13ki0Sis2RsEgmQLnPz2om0RYr80gloTbwcDdbVtr-ngB3nps0569Y_Xh6eHoel_W6l7NjwLR0X4Sc2M/s1600-h/tierra.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5394428073076806978" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 239px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3jpujGFawseAY5TTTnxGP7L_VBH72KlP_UkIEQQFR-jl1EKlQ9Iv16hYra5Lg13ki0Sis2RsEgmQLnPz2om0RYr80gloTbwcDdbVtr-ngB3nps0569Y_Xh6eHoel_W6l7NjwLR0X4Sc2M/s320/tierra.jpg" border="0" /></a><br /><div></div><br /><div></div><br /><div>Nos hemos acercado a la tierra otra vez para constatar cómo nos hemos ido alejando de ella irremisiblemente, sin marcha atrás, a no ser un fin de semana en que se unen unas pocas voluntades para salir de la vorágine gris de cemento y luz eléctrica en busca de la tierra auténtica, aquella tierra pura que aún sobrevive en pequeños parajes como este. Esa es la tierra por la que deberíamos luchar y levantar proclamas. Nunca sentí orgullo de pertenecer a ningún territorio, pero sí siento en ocasiones la nostalgia inmensa de parajes como el de la foto donde el hombre se acerca a sí mismo, vuelve a lo que fue su hogar verdadero y el silencio le deja escucharse, acariciar sus propios pensamientos, sentir que la tierra que lo vio nacer un día palpita y le llama y da la bienvenida en su retorno a la paz y al misterio. </div><br /><div></div><br /><div>Si ya no nos va quedando el agua porque la odiamos y nos ufanamos cuando en octubre el sol abrasa y nos deja ir a la playa -"la lluvia nos da un respiro para el puente" dice un necio periodista incapaz de prever las consecuencias que esos respiros cada vez más prolongados traerán sobre nuestras vidas-; y si el aire está corrompido y sucio, cada vez más denso y plomizo, portador del veneno que generamos para que sea a la vez nuestra vida y nuestra tumba, estúpidos seres que alimentamos a nuestro verdugo y le damos fuerza y presteza para el crimen; si el fuego, en fin, ya no nos calienta ni sirve de hogar para que charlemos tranquilamente con su complicidad y cobijo, pues ya solo lo usamos para quemar los bosques y abrir claros vacíos de vida y llenos de desconsuelo... si ya este estúpido homínido está consumando su obra destructura, ya solo nos queda entonces una porción de tierra en la que poder contemplar con lágrimas y vergüenza lo que pudo ser y no fue. Maldita esta especie incapaz de preservar todos los dones que un día le fueron concedidos. </div><br /><div></div><br /><div>Es el canto del pájaro, el relincho del potro libre en la inmensidad de los prados, el agua de los arroyos, el sol en la cumbre, las hayas misteriosas llenándose del otoño, los robles, las zarzas, las rocas, el cielo... es el sendero que nos conduce hacia nosotros mismos, hacia nuestro corazón, hecho de sangre y de tierra.</div><br /><div></div><br /><div></div><br /><div></div>Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-72112935391826017482009-09-17T23:16:00.002+02:002009-09-17T23:55:13.015+02:00"El Patillas".LLegó un día de otoño, hace casi justo un año, con sus patillas, su sudadera y su cadena colgando del bolsillo del pantalón, se pidió el primero de una larga serie de pinchos de tortilla y empezó a comerlo él solo, sentado en una mesa. No tardó en empezar a sonreír y fue empezar para no dejar de hacerlo en todo el año. La aparición de "El Patillas" fue una de esas apariciones milagrosas y su presencia pronto fue contagiándonos a todos de una alegría que hasta ese momento se contenía atrapada en la absurda red de las buenas formas y las apariencias. "El Patillas" llegó sin prejuicios, sin complejos, con la honestidad y la sinceridad de la gente buena que levanta y construye, que va uniendo voluntades y haciendo que los que están a su lado por un momento se olviden de los cabreos y los pequeños contratiempos que tanto nos turban todos los días. Luego, pasado el tiempo, entre viajes de autobús, paseos por los pasillos y largas veladas al cobijo de las barras de los bares, fui descubriendo a una de esas personas de las que te hablé, querido Grice, en mi primera intervnción:<br /><br />"Hay por todos los sitios gente que te alegra cada instante compartido, que te mejora, que te hace pasar con agrado el día y con dignidad la vida."<br /><br />"Y sienta tan bien saberse rodeado de esas personas cuya calidad y hondura humanas siempre nos pasan desapercibidas, se nos escurren en la frenética actividad de nuestros días, o se pierden en la costumbre, que es aún peor."<br /><br />Seguimos sumando existencias a nuestro alrededor y enriqueciéndonos gracias a su impulso y su compañía.<br /><br />Ahora "El Patillas" ya no está, le han mandado a un nuevo destino que afrontará con la entereza y energía que solo él tiene. Nosotros nos hemos quedado un poco fríos y ya no nos reímos tanto. El otro día, el primero oficialmente sin su compañía, hizo un poco de frío. Entré en la cafetería y allí había tres compañeros, protestando y quejándose por las pequeñas cosas del día. Empezó a llover y Rodri, el de la cafetería, me hizo un gesto de hastío. Los dos nos sonreímos pensando en lo mismo.<br /><br />A Fernando, "El Patillas", que se llevó las risas consigo.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-64070899663670320952009-09-09T23:50:00.002+02:002009-09-10T00:31:05.399+02:00Nos acordaremos.Estimado Grice, ¿has visto adónde estamos llegando en este país? Ya estamos logrando que los más jóvenes ejerzan el poder que entre todos les hemos otorgado. Ahora ya expresan su dominio más allá del hogar y la escuela y lo hacen en las calles y en las comisarías. Ya no se conforman con llamar "puta" a la madre y "payaso" al profesor cuando actúan contra sus deseos; ahora ya agreden a la policía y asaltan sus comisarías cuando estos intentan atentar contra su capricho. Parece mentira en lo que estamos quedando, esclavos de una panda de desgraciados caprichosos y consentidos. Eso es España, un reino de descerebrados.<br /><br /> Un reino de descerebrados llenos de alcohol que beben en la calle sin sentido los fines de semana -en Madrid ya también los martes y los miércoles y los jueves- vomitan, mean, se pelean, agreden salvajemente, ensucian, gritan... los observo algunas noches desde mi balcón y han conseguido que mi pena se fuese convirtiendo en piedad y compasión, que es lo que me producen las pobres almas descarriadas sin un norte claro hacia el que dirigirse. Después de varios litros de wisky ingeridos tranquilamente en la acera comienza el extraño ritual de los sonidos. Las pocas palabras que aún les quedan en sus huecas cabezas desaparecen y se convierten en gritos, mugidos, cacareos, relinchos... es digno de ver, Grice, porque a continuación comienzan a chocar las cabezas y a agredirse mientras salivan sin control. La policía, a la que siempre llamo, a veces viene, a veces no. Pero a estos desgraciados a los que rió la gracia papá en su primera salida de tono, las autoridades ahora por omisión les está aplaudiendo y dando palmadas en el hombro. No queremos darnos cuenta de la gravedad de este fenómeno de miles de chavales bebiendo en la calle y aniquilándolo todo, sobre todo a ellos mismos. Cuando un ciudadano cualquiera denuncia lo que ocurre todos los viernes y los sábados en muchas calles de su maltratada ciudad, las autoridades miran para otro lado ignorando a esos pesados a los que todo les molesta. Cuando en un pueblo rico cientos de jóvenes acaban asaltando una comisaría, todo son preocupaciones y planes urgentes de choque. No te alarmes, querido Grice, pronto se calmarán las aguas y volverá la indiferencia, y todo serán de nuevo Olimpiadas. Ya ha dicho hoy la delegada del gobierno que lo de hace dos días es un hecho aislado, como si lo que vemos todos los fines de semana fuese un producto de nuestra imaginación. Sigan mirando padres y autoridades para otro lado, cuando ya no se pueda hacer nada contra la dictadura de estos jóvenes botelloneros nos acordaremos de todas las gracias que les reímos.<br /><br />Leech.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-4642080309313419812009-07-10T23:42:00.003+02:002009-07-11T00:03:41.445+02:00Pequeño milagro.Hoy he presenciado un pequeño milagro. Son los milagros así, los que suceden sin hacer ruido, sin ser previstos ni intuidos ni anuncados previamente, los que mejor gusto dejan. Ocurren de pronto, en cualquier lugar y a cualquier hora y si eres afortunado y pasas por allí lo único que puedes hacer es parar, postponer aquello que tuvieses pensado y dejarte deslumbrar y seducir por las maravillas que esconde el mundo bajo su dura y áspera apariencia.<br /> Basta que un día como hoy, en los que Madrid parece un horno a máxima potencia y no encuentras el consuelo de una leve brisa o pequeña fuente por más que buscas (solo grúas, martillos, polvo) de pronto, en ese espacio hermoso del que esta ciudad cateta no sabe presumir, a la Plaza de Oriente me refiero, basta pues que en ese espacio como por arte de magia aparezca una orquesta clásica y se ponga a interpretar piezas de autores clásicos. Basta ese pequeño acto insignificante para que, milagro pequeño, pero insólito y bendito, más de un millar de madrileños se callen por fin, guarden silencio y escuchen. ¡Créetelo, Leech, se hizo un silencio prolongado para escuchar música clásica en el centro del infierno!<br /> Atónito ante el prodigio me detuve y estuve escuchando, dando vuelo al pensamiento y a las emociones. Pero a mitad del concierto juzgué sensato marcharme, no fuese a venir alguien a estropearlo todo. Por lo menos así me he asegurado el buen recuerdo y puedo contarlo, a falta de evangelistas que lo hagan mejor y más duradero.<br /><br />Grice.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-72470619960255971222009-05-11T00:44:00.001+02:002009-07-01T18:05:28.699+02:00Los adioses.Mi querido amigo, nobles quehaceres me van apartando de estas conversaciones tranquilas, comprenderé sin pesar tu enfado por la tardanza de mis respuestas, pero también te pido un voto de confianza, debes creerme cuando te digo que las circunstancias mandan y me alejan del sosiego y la calma que se necesitan para la charla tranquila.<br /><br />Te has dado cuenta, amigo Leech, que nuestra vida está llena de adioses. Lo pienso porque en el próximo mes tendré que despedirme de varias personas y varias cosas con las que he pasado tanto tiempo durante el último año, que han sido como fieles centinelas que me han ido acompañando en una nueva etapa de esta carrera de final seguro, pero desconocido, tú ya me entiendes.<br /><br />Digo "cosas" y digo bien, porque los objetos y la realidad inerte e inanimada a veces parecen cobrar vida, respirar, observarnos en abnegado silencio y atención permanentes. Convivimos con un número elevado de objetos a los que sin querer asignamos cualidades de seres vivos, y es por eso que este reloj que llevo en la muñeca desde el día de mi primera comunión respira conmigo y siente conmigo y además no necesita nunca ser reemplazado, sería una traición substituirlo por otro; se traiciona a los objetos como a las personas y sufren en silencio apilados en los vertederos y almacenes del olvido y la desmemoria. Algunos viajan a otras manos y otros hogares que les den el cariño que dejó de tenerlos su anterior dueño, me gusta pensar que cuando compro algo de segunda mano estoy dando una segunda oportunidad, ya ves que sensiblerías más tontas me dan. ¿Quién no ha sentido unas inmensas ganas de llorar cuando hubo de desprenderse de ese coche que tan buenos servicios le dio, o de ese abrigo que tan bien nos resguardó del frío? ¿Y ese compás que nos vio trazar circunferencias en nuestra más tierna adolescencia, o la mochila firmada por los amigos de la infancia, que son los que siempre perdurarán en el secreto mundo de nuestros sueños?<br /><br />Me toca cambiar de casa en breve, amigo mío, y ya voy anticipando un escalofrío que me morderá cuando tenga que cerrar por última vez la puerta que cientos de veces abrí en el último año. Parece que nos acostumbramos a las casas y ellas a nosotros y por eso nos da pena separarnos, marchar traicioneramente en busca de más metros o menos renta o vete a saber qué, nunca podremos los seres humanos dar explicaciones muy exactas de nuestras motivaciones. Aunque en este caso quizás sí, me voy obligado por la incomprensión y la falta de educación de mis vecinos. Me echan su manía de tener las ventanas abiertas las veinticuatro horas del día; su obsesión por hacer de sus miserias algo público, conocido y compartido; sus músicas a cualquier hora y en cualquier volumen; sus peleas; sus guisos, sus ollas y sus lavadoras a las dos de la madrugada; su fidelidad, en definitiva, a la nueva moda: compórtate como un adolescente gritón a los treinta, sé tú mismo en potencia, libérate, rompe como si fuesen papel sucio los principios de cortesía y no te guardes de exhibirte porque eres el hombre o la mujer nueva que los tiempos reclaman. Tú sabes bien de qué hablo, querido Leech, pues tú aún crees en la validez de las formas y de las maneras.<br /><br />Es el tiempo de los adioses a los objetos y a las personas. En tu profesión el calendario manda ir diciendo adiós en mayo y junio, es el final de un nuevo año académico y sujeto como estás a los misteriosos caminos del papeleo oficial -tan caprichoso siempre como el mismo azar que nos castiga o nos bendice cada día- ya te vas mentalizando de la despedida. Quedan unas decenas de vidas con las que has compartido el tiempo -la lluvia, la niebla y el sol- y a las que posiblemente ya no vuelvas a ver, sino a unas pocas con las que ese misterioso azar te cruce, y aún así quién sabe si las reconocerás llegado el momento, pues el polvo que se acumula con el pasar del tiempo a todos nos hace irreconocibles. Es un adiós que tienes manía de anticipar y por eso te preguntan que cómo estás, que si te pasa algo, que te ven muy serio; no saben, querido Leech, que te estás despidiendo, que ya llegó para ti el tiempo de los adioses.<br /><br />Grice.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-53176648499582976042009-04-03T15:59:00.000+02:002009-04-03T22:38:47.976+02:00Periplo.Querido y estimado Grice. Es el periplo un viaje que regresa, como casi todos los que hacemos, también el de la vida. Pero es también un recorrido espiritual en el que nos vamos auscultando emocionalmente para descubrir eso oculto que no se nos muestra ni hace visible en medio del ruido de nuestros monótonos días de trabajo y ocupaciones. Es necesario irse para desconectar de todo lo habitual y que así nuestra alma se nos manifieste. Por eso el regreso es tan duro, abres la puerta de tu casa y alguien te recuerda que hay que ingresar dinero en la cuenta para pagar el recibo de la luz o del agua, lo mismo da. E incluso en periplos complejos, con dificultades que surgen cada minuto y pocas, muy pocas horas de sueño, hasta entrar en ese estado de confusión y mareo en el que la realidad oscila y se muestra como algo inseguro e inexacto, incluso en esos periplos difíciles y esforzados el regreso tiene un poso denso de tristeza pura, porque pura es esa tristeza cuyas causas no sabes explicar.<br /><br /><br /><br />Sin querer fue acercándose la hora de partir hacia Grecia, la vieja madre de todos nosotros. Fue sin querer, el vértigo y la velocidad del mes de marzo no me dejaron proyectar este viaje: la maleta antes de acostarse, la sensación de olvidarlo todo, la incertidumbre de conducir a 51 personas y organizarlas cuando nunca has logrado organizarte a ti mismo... Pero ya a los cinco minutos de haber montado en el autobús que nos llevaba al aereopuerto dejé de ser quien soy todos los días. Parece que hasta tu cara es distinta, como si los espejos de otros países te revelaran un rostro que no conocías, pero que tienes y solo espera a ser descubierto algún día. Y con el paso de las horas y de los días vas tejiendo redes nuevas, conversaciones distintas que se van reiterando hasta la costumbre, nombres y caras nuevas que estaban ahí a tu lado desde septiembre, pero que no habías sabido mirar hasta entonces: también en eso nos hace distintos el periplo, nos obliga a mirar a las personas que lo comparten con nosotros, a escucharlas, a tocarlas y sentirlas como son de verdad, con su cara amable, pero también con la terrible. Y al ritmo que los bancos se seguían fusionando y los gobiernos preparaban nuevas cumbres con las que engañarnos, nosotros íbamos recorriendo las tierras mágicas donde héroes y hombres ganaban coronas, guerras, amores, juicios, disputas, gloria y fama. Te olvidas de tu casa y de tu coche y de tus rutas y de todo. Solo tienes ojos para las puestas de sol, los valles, los mares, los ríos y los 51 chavales a los que custodias.<br /><br /><br /><br />Son ruidosos, inestables, desordenados, pasotas, despistados y soberbios; pasan de la risa al llanto y de la fortaleza a la debilidad en apenas segundos; odian y aman sin lógica, se pierden y lo pierden todo, pero se acercan, te miran, preguntan, escuchan, ruegan... se va formando una cuerda invisible que te une a ellos, te acerca y te aleja, te aprieta y te afloja. Vas viendo sus movimientos, conociendo sus manías, sus inquietudes, sus deseos; vas asistiendo a sus incoherencias y sus errores y te recuerdan tanto a ti hace unos años que te emocionas viéndoles disfrutar y sufres viendo cómo te fallan y decepcionan, cómo traicionan tu confianza. Porque son lo que tú aún sientes que eres, te estás reconociendo en cada uno de sus movimientos y en cada una de sus emociones. Este periplo es distinto a otros porque ellos te acompañan y van haciendo de coro y es entonces cuando estás en el teatro de Epidauro sentado cuando descubres en el tono de sus voces cantando en el escenario el tono de la tuya propia, el tono que ya habías olvidado.<br /><br /><br /><br />Pero no se completaría este recorrido espiritual sin esas dos presencias enigmáticas, como toda mujer lo es, que te han acompañado, o a las que has acompañado en el periplo. Discutir cada movimiento, acercar nuestros puntos de vista para acordar cada decisión, escucharlas hablar, reir, sufrir... Sentir el privilegio de ir acompañado por personas que mejoran cuanto tocan, hacen del mundo un lugar deseable. Son sirenas cuyos cantos merece la pena escuchar y dejarse llevar por ellos porque más que la ruina del hombre lo que provocan es su redención definitiva, su salvación.<br /><br /><br /><br />Casi tan sin querer como empezó, terminó la aventura sobre el mirador de Marte viendo Atenas de noche y cenando en una terraza bajo la abrumadora presencia de la Acrópolis. Un perro de los que custodian la ciudad, verdadera reencarnación de aquellos hombres sabios que nos lo dieron todo, nos acompañó hasta la plaza de Monastiraki donde reunimos por última vez a un grupo de seres humanos que a partir de ahora ya nunca más serán anónimos y desconocidos: tendrán un nombre, una cara, un espacio en nuestra memoria. Y yo me he vuelto a mirar en el espejo de mi casa para descubrir con alivio y sorpresa que ya no reconozco al que se fue, que soy después de todo un hombre nuevo.<br /><br /><br /><br />Dedicado a los 51 alumnos con los que he viajado, por todo lo que me han enseñado; y por supuesto a Irache y a Cristina, porque con su belleza y su inteligencia todo lo han hecho hermoso y sencillo.<br /><br /><br /><br />Leech.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1488082795880674079.post-19409880690361693992009-03-09T23:25:00.000+01:002009-03-09T23:46:03.040+01:00Vencer al tiempo.Se van quedando atrás cientos de nombres y de caras. Siguen existiendo, pero ya no están presentes, no están en los espacios que frecuentas ni pasan por tus rutas. Ya no los oyes aunque ellos sigan hablando, riendo o llorando. No los tocas aunque continúen ocupando espacio. Ni los sientes respirar aunque respiren. Ya quedan lejos de ti, fuera de tus caminos, cada vez más débiles en el recuerdo: son como imágenes proyectadas que poco a poco se van desdibujando y diluyendo, cada día más débiles en color, borrosos sus contornos y sus formas. Se va dañando el recuerdo.<br /> <br /> Pero un día de viento frío te llega volando un papel y una de esas voces que ya no escuchas te dice cosas de nuevo, con una caligrafía que reconoces bien. Las palabras son mágicas y tienen la cualidad de hablarte al oído y contarte que ha pasado un año, pero sigue alguien respirando y caminando por donde solía. Y te recuerda. Te acarician las palabras para contarte que eres tú quien se ha marchado; es tu imagen la que se desvanece entre los días que pasan sin piedad ni misericordia. Tu imagen se diluye en la laguna de sus memorias, pero todavía un instante renacen los colores y las formas y con sus sencillas palabras te aseguran que aún no te han olvidado. Qué grato es sentirse recuerdo de aquellos que te conocieron.<br /><br /> Qué pequeña victoria sobre el tiempo, que te acaba de restar otro año. Las palabras pueden vencer por un instante al tiempo.Grice y Leech.http://www.blogger.com/profile/08462547218611034966noreply@blogger.com0