"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo...
y por los mismos motivos."
Me ha enviado esta frase en un correo, querido Leech, un delegado o lumbrera sindical. Qué delirio, ¿no te parece? Aquellos estómagos llenos hasta la arcada hace bien poco, se muestran ahora extremadamente desagradecidos, pidiendo la cabeza de aquel que los alimentó hasta dejarlos ahítos y al que jalearon sin pudor mientras iban perdiendo la sonrisa aquellos miles y millones que eran despedidos, o mientras los bancos se llenaban los bolsillos, no para salvarse, no, sino para aumentar beneficios y blindar la retirada de sus directivos. Se iba rompiendo todo y ellos hablaban de responsabilidad, de paz social, de confianza... y ahora de pronto vuelven a saturar mi correo con estupideces sin fin, como esta frase en la que muestran con síntesis y condensadamente la calaña de la que están hechos. Siempre con el viento que mejor sopla, intuyen que ahora toca comer de otras manos y empiezan su campaña. Hay motivos para parar, yo siempre he parado, quien me conoce, como tú, Leech, lo sabe, pero fíjate que ya ni me apetece, pues no quiero egordar las listas de estos parásitos. Nadie se olvide de algo importante, volverán a sentarse cunado de nuevo se les ofrezca el pienso, volverán a comer de la mano de unos y de otros, volverán a dejar tirados a aquellos a los que dicen defender. "Tírame pan y llámame perro". Los individualistas y los insolidarios son ellos y a todo le unen la estupidez y ñoñería, ¿o no son estúpidas propuestas como pedir a los abuelos que desatiendan a sus nietos; o no serán ñoñas las cadenas humanas, globos y timbales que se verán mañana? Con la que está cayendo y nosotros aquí, en manos de estos lacayos y de sus piquetes, verdugos de la libertad, déspotas sarnosos, voceros sin juicio. Mañana es fiesta donde trabajo, hace un tiempo hubiera pedido figurar el primero.
Por cierto, la frase, explica la lumbrera sindical, es de Bernard Shaw. Y el título del correo era "frase lapidaria". Leámoslo en sentido literal.
Grice.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
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